Un robot de Viacha es elegido para una competencia mundial

Un robot de Viacha es elegido para una competencia mundial

El equipo de estudiantes fue seleccionado para participar en la Competencia Internacional de Desminado Humanitario en Madrid. Ahora necesita ayuda para lograrlo.

Estudiantes de Viacha construyeron un robot buscaminas y clasificaron para participar de la Competencia Internacional de Desminado Humanitario, Minesweepers 2018, que se realizará en Madrid, España, del 1 al 5 de octubre. Ahora necesitan que una línea aérea o alguna empresa los apoye con los pasajes aéreos y, de esta forma, lograr representar a Bolivia.

Iván Encinas Mercado (de 18 años) y Nelson Sirpa Mamani (15) son alumnos de los últimos cursos de la Unidad Educativa José Ballivián A de Viacha, turno de la mañana. Con la tutoría del ingeniero electromecánico Álvaro Flores Quispe, exalumno del colegio, el equipo se destacó en la categoría junior (para estudiantes de primaria y secundaria) durante las competencias regionales y fue seleccionado para participar en este evento internacional.

Hasta el momento el equipo ha dejado cartas en oficinas de líneas aéreas, del municipio de Viacha y otras empresas en busca de apoyo, pero aún no consiguen una respuesta y el tiempo se les acaba.

“Es una competencia que se organiza a nivel mundial y la sede cambia cada año (…). El robot que hemos construido tiene que ser completamente autónomo y para eso hemos desarrollado un minisatélite que actúa como un GPS de alta precisión”, destaca Flores.

Este es el segundo año que el equipo participa de esta competencia, el año pasado se presentaron en la categoría children (para niños) y no pudieron asistir a la final que se realizó en Malasia porque enfrentaban las mismas dificultades.

La Competencia Internacional de Desminado Humanitario de robótica al aire libre tiene como objetivo motivar a los investigadores y desarrolladores para trabajar en soluciones innovadoras para el problema de las minas terrestres.

Según la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres (ICBL), el 2015 los países latinoamericanos aún tenían minas, aunque la mayoría de ellos firmó el Tratado de Prohibición de Minas. Colombia, Argentina, Chile, Ecuador, Perú y Cuba todavía luchaban para eliminarlas.

En ese marco, en la categoría junior cada equipo participante construye un robot “teleoperado” o autónomo que debe buscar minas antipersonales subterráneas y sobre el suelo en un tiempo determinado. El robot tiene que poder navegar a través de un entorno áspero que imita un campo de minas real, según estipula la convocatoria.

Adicionalmente, cada equipo participante presenta una exposición en la que explica cómo ha diseñado el robot y cuál es su innovación tecnológica.

Piezas y conexiones que forman parte del robot.
Acabar con las minas en el mundo

Durante el recreo, ambos alumnos prueban el robot que han construido con tubos de PVC, las ruedas son de madera cortadas con un láser y tiene una placa que detecta las minas a una profundidad de hasta 40 centímetros.

A diferencia de los otros prototipos con los que competirá, cuyo costo suma miles de dólares, la construcción de este vehículo demandó 3.000 bolivianos.

“Todavía estamos mejorando el robot. Necesitamos un driver más y más espacio porque queremos que el vehículo sea autónomo y tenemos que incorporar más cosas (…). Hemos hecho un arduino nano y construido nuestra propia placa, cada vez que detecta una mina emite sonido fuerte”, detalla Encinas.

Flores ya ha participado de la competencia, él junto a otros universitarios clasificaron en la categoría Academia de Mindsweepers en 2016 y llegaron a competir en Egipto, logrando un tercer puesto para Bolivia.

Para Sirpa, aunque los otros competidores son buenos, ellos han demostrado que tienen el talento y que más que un viaje, se trata de la oportunidad de representar a Bolivia y Latinoamérica.

El dispositivo del robot que detecta las minas.
“Lo que queremos es seguir implementando más cosas en el vehículo hasta que el tiempo nos dé para tener más oportunidades”, comenta Sirpa.

Además del equipo junior, otro equipo de la UMSA viajará para competir en la categoría Academia, según comenta Flores.

Ambos estudiantes quieren estudiar Ingeniería Mecatrónica cuando se gradúen del colegio. En tanto, en esta unidad educativa se ha creado una cultura de impulso a la tecnología, muchos exalumnos regresan para enseñar robótica y mecatrónica a los estudiantes.

Para el director de la unidad educativa, Felipe Cahuaya Condori, que dos de los 1.200 estudiantes que tiene José Ballivián A en el turno de la mañana es un orgullo no solo para Viacha sino para Bolivia.

“Para nosotros son un orgullo nacional, pero nos tropezamos con el tema del dinero, ellos necesitan poco más de 21.000 bolivianos para poder viajar a España. Estamos buscando el apoyo de instituciones y de la Alcaldía de Viacha que nos colaboren económicamente y eso es lo que estamos solicitando a quien pueda ayudarnos”, concluye Cahuaya.

¿Cómo apoyar?

Ayuda Empresas aéreas o de otros rubros que quieran colaborar con los jóvenes talentos en robótica para que logren adquirir los pasajes pueden llamar a Álvaro Flores al 68151912.
José Ballivián A apuesta por la robótica

La Unidad Educativa José Ballivián A, en el turno de la mañana, es uno de los tres colegios de Viacha que tiene establecidos laboratorios de robótica en los que sus alumnos aprenden y se preparan.

Por estos días, 15 equipos del laboratorio de este centro educativo se preparan para participar de las Olimpiadas Científicas Estudiantiles Plurinacionales. Dos exalumnos son los docentes.

Los insumos para los laboratorios de robótica y para el laboratorio son facilitados por los padres de familia. “Nosotros no tenemos recursos económicos, pero los padres hacen un esfuerzo a inicio de gestión”, comenta el director e la unidad educativa, Felipe Cahuaya Condori.

“Hemos tratado de cambiar esto de los laboratorios de computación y dar un énfasis en lo que es informática y robótica. Llevamos programación, circuitos, arduino y demás. Ahorita nos estamos alistando y practicamos con los seguidores de línea en una pista”, explica el docente Christian Charca Mendoza.

Algunos equipos participantes construyen robots desde cero para que busquen minas, hacen programación de videojuegos y hardware libre, en la que se usan los seguidores de línea. Previamente, en los laboratorios se construyó un brazo robótico.

“Voy a participar con un seguidor de línea en las Olimpiadas (…). Recién entré este año al laboratorio y me gusta mucho, también estoy construyendo un robot todo terreno”, cuenta el estudiante Jorge Luis Quispe.

Uno de los robots seguidores de línea.
Johanna Pinto es la única mujer que forma parte del laboratorio y trabaja junto a un compañero construyendo un robot explorador. “Se trata de programarlo para que ingrese a una mina, ponga una dinamita, la encienda y cubra el explosivo. El objetivo es evitar más derrumbes”, asegura la estudiante que este año se gradúa.

Fuente: Página Siete